PROYECTAR LA CIUDAD

“Proyectar la ciudad” es un libro que aporta bastante información técnica respecto a dimensiones, parcelaciones, relaciones entre espacios públicos y equipamientos, trazados de la ciudad… que siempre hay que tener en cuenta a la hora de diseñar e intervenir, ya que son los elementos que la definen; pero el tema que más me ha llamado la atención es el tema del tiempo y de la evolución.

Con el paso del tiempo, la ciudad cambia, nosotros cambiamos, nuestras necesidades cambian… ¿y nuestra arquitectura?

¿Somos capaces de contribuir al desarrollo de nuestras ciudades, de proponer a los ciudadanos un entorno capaz de adaptarse a los cambios en los modos de vida y a las transformaciones económicas, y no simplemente de extender los territorios urbanizados y de incrementar el número de edificios?

¿Se va a convertir nuestra arquitectura en un condicionante en nuestro modo de vida?

Siempre nos fijamos en el tejido urbano, lo estudiamos y lo analizamos para observar qué es lo que demanda, de qué manera, en qué lugar concreto, y no crear algo que no interaccione con la ciudad y que no tenga nada que ver con el lugar y con sus habitantes. Construimos en base a lo preexistente, pero… ¿y lo futuro?

Seguramente existan evoluciones, densificaciones, cambios de uso… Factores a tener en cuenta para todo aquel que se considere buen arquitecto y buen urbanista.

Se debería de actuar de forma que lo que se proyecte sea algo flexible y que se adapte fácilmente a lo que está por venir, sin dejar de lado las atribuciones presentes.