Los Arquitectos, tenemos el gran privilegio de ser capaces de proyectar desde la pieza más ínfima imaginable, hasta, abarcando una mayor escala, una ciudad al completo.

 

Es esencial la figura del Arquitecto dentro del ámbito urbano. Es la persona que hace que la ciudad adquiera un sentido de forma global.

 

No solamente debe centrarse en proyectar una ciudad que adquiera una trama ordenada, clara, precisa y lógica, como hemos visto a lo largo de la historia en planes urbanísticos como el Plan Haussmann o el Plan Cerdá, sino conseguir asimismo que esta trama funcione; que haya una buena repartición entre terreno público y privado, que la disposición de las calles permita un buen flujo tanto rodado como para peatones, que haya zonas destinadas a jardines... entre numerosos otros aspectos que ha de tener en cuenta, pero siempre, atendiendo a la forma de vida de los habitantes del lugar.

 

Aun así, considero de mayor importancia, la habilidad que debe tener el Arquitecto para ser capaz de proyectar una ciudad donde los ejes visuales y perspectivas estén totalmente estudiados, una ciudad que tenga en cuenta el ruido, el olor y el color, que permita crear vínculos entre las personas y solucionar problemas. En definitiva, una ciudad que haga que el habitante experimente diversas sensaciones y deje en él una huella positiva.