Por el bien de los usuarios, una ciudad debe estar correctamente organizada. Por la buena orientación de los usuarios, por una fluida movilidad de los habitantes dentro de la ciudad e incluso para conseguir confort en las horas de ocio de éstas personas ciudadanas del mundo, una ciudad, un pueblo, un teritorio, debe estar diseñado cuidadosamente y prestando atención a tantos detalles como necesidades e inquietudes creemos que puede tener un ser humano.

 

Los efectos visuales de la arquitectura van más allá de lo estrictamente físico, y es que éstos intervienen también en las emociones. Y no sólo las composiciones arquitectónicas que se ven, sino también las que no se ven, los llenos-vacíos, lo seco-húmedo, lo frío-caliente.

Por ello el arquitecto es un agente directo en la visión que los usuarios tienen del mundo, sin ellos saberlo. Y sin ellos saberlo, están siendo influenciados por una persona, un arquitecto, el cuál abarca temas de belleza, de ocio, de descanso, espacios reservados al transporte, al mundo laboral, etc. En definitiva, todo lo que nos rodea cuando salimos a la calle (y cuando no). Es una persona que se preocupa y diseña por y para ellos una serie de espacios que puedan satisfacer de la manera más exitosa posible las necesidades que se plantean cotidianamente

 

(Imagen portada de Ciudad Petalia, perteneciente al juego Pokemon)