Hay infinidad de culturas, de épocas, de formas de vivir… por lo que es difícil hacer una única reflexión sobre la ciudad. Actualmente, la RAE la define como: “Conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas.”

Esta afirmación, aunque escasa, me parece bastante acertada. Las ciudades tienen una alta densidad tanto de edificación como de población y se alejan de las zonas rurales. Sin embargo, las palabras del autor me han parecido excesivamente rancias: “El aldeano y el ciudadano son distintos seres”. Estoy de acuerdo en que el núcleo urbano y el campo tienen más diferencias entre sí que cosas en común, pero no creo que esta separación deba atribuirse también a sus habitantes. Hoy en día estamos comunicados tanto física como digitalmente y todos tenemos las mismas oportunidades, vivamos donde vivamos.

Respecto al análisis que realiza entre distintas ciudades, destaca sobre todo la cultura musulmana. Aunque esos callejones sinuosos que han surgido a partir de las viviendas puedan tener encanto, creo que carecen de urbanidad. Históricamente se le ha dado más importancia al aspecto privado que al público, lo que me parece bastante triste porque el ser humano es social por naturaleza. La verdadera riqueza de la persona no recae en el dinero o en la sabiduría, sino en la capacidad de empatía y para ello es fundamental relacionarse.

El autor compara la forma de vida de los musulmanes con la de los españoles, y aunque yo nunca lo había pensado en ese sentido, sí que es parecida en menor medida. La mujer siempre ha estado sometida al hombre y educada para su única labor como esposa y madre, pero afortunadamente, eso está cambiando en las últimas décadas.

Yo creo que la verdadera esencia de la ciudad se encuentra en las relaciones interpersonales y ahora, a pesar de la gran cantidad de personas que habitan en ella, apenas se conocen entre sí. Así que como bien dice el autor, los urbanistas deberíamos rescatar el ágora de las antiguas ciudades adecuándolo a nuestras necesidades actuales.