Proyecto: Urban Games 2015
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
El estudio de la ciudad es imposible para una sola persona, y se debe abordar desde distintas disciplinas para que sea completo. Es por esto que resulta imposible definir qué es ciudad, pues habría infinitas definiciones y posiciones, probablemente tantas como personas.
La ciudad, junto con la arquitectura y el hombre, forma una tríada inseparable donde el ciudadano interpreta un papel principal, pero, ¿quién es ciudadano?. La respuesta a esta pregunta está ligada a la definición de ciudad, así que nos hallamos en la misma tesitura.
A lo largo de la Historia la ciudad ha sido contada desde un punto de vista generalmente aristócrata y, por lo tanto, se ha considerado ciudadano solo a una parte de la población, pero esta concepción ha ido evolucionando junto con la sociedad, y en mi opinión, ciudadano es todo aquel que hace ciudad, es decir, que vive en ella e influye en ella, llegando a ser ciudadano cualquier persona que la integre.
Aunque hubiese un consenso y se aceptase una sola definición de ciudad, estaríamos cometiendo un error, pues, no todas las ciudades son iguales.
Nos movemos en un terreno muy subjetivo pero, si situásemos todos los tipos de ciudad en una línea donde en los extremos opuestos estuviesen la ciudad exteriorizada y la interiorizada, y las analizásemos, nos daríamos cuenta de que, paradójicamente, la ciudad exteriorizada es la que niega la naturaleza de una manera más fuerte.
En el punto medio de esta línea podríamos situar la ciudad islámica, con una concepción unitaria, donde los espacios públicos son los que componen la ciudad y su maraña de calles, consecuencia de que le den más importancia al patio que a la calle en sí, pues la vida de la casa se proyecta hacia dentro.
La forma de pensar de la gente influye directamente en cómo es una ciudad, la organización de esta antiguamente se veía regida por la religión, quedando la política y la sociedad en un segundo plano, lo que queda plasmado de forma evidente en la mayoría de las ciudades españolas, por poner un ejemplo.
La sociedad ha cambiado progresivamente y ahora, esta forma de organización de la ciudad queda desfasada, aunque somos herederos de ella, lo que nos insta a reflexionar y ser responsables de la manera en que “hacemos ciudad”, para lo que es imprescindible conocer y entender las ciudades anteriores, es decir, conocer el pasado para modificar el presente e influir en el futuro.
Hoy en día el desarrollo de la ciudad se rige por la industria y el comercio, reflejo de la sociedad consumista en la que vivimos. La ciudad contemporánea tiene una forma de crecer, caótica, sin una forma definida, que tiende a la desintegración, de una manera poco homogénea, donde hay fuertes contrastes entre zonas muy congestionadas y otras muy diluidas.
El “boom” del automóvil dio paso a una concepción de la ciudad donde el peatón quedó en segundo plano, y sus consecuencias han sido evidentes, contaminación, ruido, disgregación social, etc., y actualmente se trabaja en reparar estos daños con medidas como cerrar los centros históricos al tráfico, promoción del transporte público o en bicicleta… que todavía chocan con la manera en la que había crecido la ciudad, siendo uno de los retos más importantes de la sociedad actual.
En definitiva, ciudad, sea cual sea su definición, somos nosotros y somos responsables de ella.
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