La ciudad es un ente plagado de ejes, ejes geometricos. Esta geometría sería el equivalente a la circulación de la sangre por el cuerpo humano, la geometría viaria comunica barrios, zonas, elementos de la ciudad y hacen que funcione.
La geometría no el algo que aparezca fortuitamente para el trazado urbanistico funcional, la geometría ha acompañado a los arquitectos desde que se hace arquitectura.
La geometria es radicalmete lógica para el ordenamiento y el proceso de proyecto en la arquitectura, esta es la herramienta espacial más potente, aparentemente es la única herramienta funcional en la ciudad moderna.
En algunas ciudades como Barcelona, la geometría que configura la planta urbana es totalmete protagonista. Aquí con el plan de Cerdá, el arquitecto asume
el papel de “inventor” geométrico, más allá de condiciones medioambientales y económicas. La ciudad moderna está enferma en su evolución, con soluciones independientes, que no se trabajan en conjunto. Ciudad y zona agrícola están marcados y separados por la geometría. La geometría, ordena, los jerarquiza; pero también es culpable de quebrar los ejes, de ocasionar problemas de funcionamiento que provienen de los problemas de forma.
Si sólo se trabaja con geometría, sólo se piensa en el desplazamiento en detrimento de otros factores, se puede caer en el manido recurso de las vías comunes en todas las ciudades y estas pierden su identidad y la de sus habitantes.
Pero ya que es un recurso muy potente y necesario, debemos asumir que en mayor o menor medida, es la encargada de definir la personalidad de la ciudad, y que por tanto caracteriza el lugar en el que vivimos, asi que debe ser usada con consciencia del lugar donde se interviene.