En este texto, Tomás Moro con sus elocuentes palabras nos invita a sumergirnos en ciudades utópicas, y a disfrutar incoscientemente , gracias a su descriptiva, de cómo sería la vida en una ciudad así.  Solemos ver las ciudades utópicas como ciudades lejanas , ajenas a nuestras costumbres y a nuestro día a día,es algo que parece que no nos concierne, aunque a mi parecer nada hay que situarlo en el tiempo a nuestro antojo: todo se puede hacer en cualquier momento. 

Se habla de una isla, en la que el hombre por su naturaleza social necesita organizarse con sus semejantes para hacer vida, desarrollarse y progresar.Nos damos cuenta que todo depende del interés de  las personas, de sus características a nivel social, político, filosófico... Esto será lo que rija las decisiones,y por tanto, lo que hará que se construya un modelo de ciudad, de vida, u otro.

La ciudad utópica estaría en nuestras manos.Todo lo que nuestro alrededor se construye es el resultado de una idea, si todos buscasemos los mismos intereses y quisiésemos conseguir un mismo objetivo, proyectaríamos de la misma manera, y alcanzar ese modelo de ciudad ideal sería tarea fácil. Son las diferencias de pensamiento las que nos traicionan, impidiéndonos alcanzar este perfeccionismo.

La utopía tiene los límites que le queramos poner, sino la conseguimos es porque seguro que no queremos realmente hacerlo, dejar otras cosas para llegar ahí. Pero realmente, ¿ Hasta que punto nos convendría habitar una ciudad asi? Pienso que por muy sujerente que sea la idea, la realidad de la vida que vivimos, de la ciudad que habitamos, las diferencias que en ella puedan establecerse ( siempre que no se refiera a injusticias) la interculturalidad, la variedad de pensamiento son factores que nos enriquecen. La imperfección es buena, vivir en una utopía eliminaría nuestro afán por soñar.