En este texto Rosa Clará aborda el papel que han tenido los ejes en la historia del urbanismo y la importancia que éstos pueden llegar a tener. Nos lo muestra con un ejemplo claro: El plan Cerdá. Con el cuál demuestra que con un buen planteamiento de ejes se puede poner en valor no sólo determinados espacios, sino también revitalizar una ciudad. Los ejes son generadores de recorridos, organizadores de los distintos usos y funciones que la ciudad alberga.

Rosa Barba distingue entre dos tipos de ciudad: una difusa y otra compacta. La autora piensa que la ciudad compacta camina hacia una ciudad futura difusa y dispersa.

Pienso que optimizar la movilidad de todos los ciudadanos y la accesibilidad de cada una de les áreas de las ciudades metropolitanas es una de les condiciones para que la ciudad funcione. Y éstas estan organizadas por diferentes equipamentos, carreteras, vías, edificios, plazas, espcios públicos, privados, los cuáles se organizan en la ciudad de una deteminada manera, dando lugar a las tramas. La trama urbana ha de poder adaptarse a usos diversos y favorecer la multifuncionalidad. La ciudad no soporta bien la zonificación rígida. La mezcla de funciones es posible. Las tramas se encuentran comunicadas y entrelazadas por los ejes.  Los ejes son un recurso histórico que ya utilizaban los egipcios o los romanos (cardo y decumanus) a través de los que fundaban la ciudad, o a través también de las murallas medievales o ríos se fundaba una ciudad. Estos ejes son parte del espacio libre que queda entre los edificios, un espacio que queda en ocasiones ignorado y que es acechado por múltiples problemas.

La autora termina el texto argumentando que la ciudad de hoy será menos una ciudad de ejes únicos y simplemente geométricos y más un espacio de tejidos. Es decir, da a entender que los ejes son los resultantes de las tramas que creamos, sin ser estos los que organizan a las tramas.

Imagen: http://codeser.com/blog/wp-content/uploads/2014/10/plan-cerda-03-300x174.jpg