El día que fuimos a hacer las encuestas en el entorno del colegio Federico García Lorca hablamos con la secretaria para ver si podía atendernos el director y explicarle la actividad que queríamos llevar a cabo. Muy amablemente la secretaria nos dijo que el director no podía atendernos que le dejasemos una nota y ya nos llamaría. Tras esto continuamos con las encuestas y ya cuando estabamos acabando el director salió de su despacho para comunicarnos que dicha actividad no era posible sin el consentimiento de delegación y que primero tendríamos que hablar allí. A pesar de su negativa insistimos y preguntamos que si una vez que obtuviesemos el consentimiento de delegación el tendría disponibilidad para dejarnos un día y hacer las encuestas, a lo que nos contestó con más problemas.

Nos marchamos y días más tarde llamamos para intentarlo de nuevo, esta vez con la excusa de que a nuestros otros compañeros les habían dejado efectuar la actividad y no les habían puesto pegas y mucho menos les habían solicitado un permiso de delegación. A pesar de nuestra perseverancia el director no cedió, no quería problemas con los padres ni tampoco con delegación.

No sé cuanto podríamos haber conseguido si ya tras dos días de insistencia solo obteniamos un inflexible no, a cada una de las soluciones que dabamos al director.

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