El texto plantea la materialidad como uno de los aspectos fundamentales de la arquitectura, y a una mayor escala, de la ciudad. Dice que un proyecto no es posible si no es palpable, que solo puede ocurrir así en modelos teóricos, pero que a la hora de ponerlo en práctica todo requiere de una materialidad que hará al ciudadano emocionarse o no. Por desgracia, como comenta De Solá Morales, el ámbito publicitario condiciona mucho en las ciudades de hoy en día y muchas veces eso lleva a construir de mala manera, a construir lo que no es necesidad, simplemente cuanto más mejor sin tener en cuenta el lugar. Así por ejemplo pasa con la Expo de Zaragoza y de Sevilla, separan la ciudad, es el peligro de ocupar grandes superficies para edificaciones que tendrán un uso temporal.

En mi opinión la arquitectura es más que el diseño, es provocar experiencias y sensaciones al visitante, y eso no se consigue con un solo edificio emblemático, sino con un colectivo que forme una ciudad activa que sorprenda y que de lugar a la interacción.