A lo largo de la historia, con el avance tecnológico y constructivo, y con el aumento de la población, la ciudad se vio expandirse de tal forma que construir mucho y muy rápido era la única solución que se optó, lo que llevó a un total fracaso de la ciudad de hoy en día. 

Sin embargo, para resolver estos problemas, teniendo en cuenta que, antes, en la antiguedad funcionaban mejor las ciudades, se basaron en esquemas, sistemas, y soluciones que ya se plantearon con anterioridad. El ser humano no es capaz de inventar otra cosa que no haya sido inventada antes. No se trata simplemente de preocuparse por las características físicas y plásticas del pasado, sino investigar sobre los principios ordenadores que regían las antiguas ciudades. 

Cambiamos la humanidad y la riqueza de una ciudad viva por una simplicidad conceptual que no tiene en cuenta las necesidades del ciudadano. Una ciudad debe ser pensaba como una superposición de usos, actividades, horarios y vidas llegando a un sistema complejo llamado semirretpicula. Así eran las ciudades antiguas, a las que llama Alexander ciudades naturales, con alma, sentido y diversidad.