Proyecto: Urban Games 2015
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
En Utopía, de Tomás Moro, se nos enseña una isla donde la vida se ha consagrado de una manera perfecta, sin peligros internos. Un reducto humano sin preocupaciones. La forma con la que el autor describe este lugar recuerda al libro Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, en el que Marco Polo relata al rey Kubai Klan los descubrimientos que hace a lo largo y ancho del globo terráqueo. Ciudades de las que el mismo Kubai desconfía y que, muy posiblemente, son inventadas por el protagonista.
Sin embargo, el término Utopía lleva implícito el ser irrealizable. Es una idealización de la ciudad perfecta. Además, ¿Dónde está el límite entre utopía y distopía?. Estas temáticas han sido ampliamente tratadas en la literatura, principalmente del siglo XX. Libros como 1984, Fahrenheit 451, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Un Mundo Feliz, etc. ¿Acaso la distopía para unos no puede ser una utopía para otros?
El relato de Tomás Moro me ha recordado a un libro que llegó a mis manos hace poco. En Cánticos de la lejana Tierra, de Arthur C. Clarke (Autor de la novela 2001: Una Odisea del espacio), el planeta se está muriendo. Es por tanto de vital importancia buscar una forma de mantener con vida a la raza humana: creando vida en otros planetas. Así empieza una carrera por la supervivencia, enviando naves con probetas genéticas a planetas con potencial para la creación de vida donde, una vez instaladas, naceran humanos. Es en Thalassa, un planeta ocupado mayormente por agua, donde aterrizará una de estas naves. Estos humanos serán educados por robots sin ningúna carga religiosa ni cultural, por lo que se crea una sociedad reducida de gente con bastante menos malicia que los terráqueos. Esta población, repartida en 3 islas, conforman una utopía.
El problema llega cuando la nave espacial de el último grupo deterrícolas con vida, vagando por el espacio en estado de hibernación tras abandonar la Tierra, se estropea al lado del planeta Thalassa. Es totalmente necesario bajar al planeta para efectuar las operaciones pertinentes y poder continuar el viaje. Sin embargo, un grupo de la tripulación, al ver el paraíso al que acaban de llegar, se negará a continuar su viaje. Las diferencias entre los Thalassianos y los terrícolas son obvias, siendo los primeros inocentes y desconocedores de la complejidad y los problemas del ser humano. Entonces surge esta cuestión, ¿Deben continuar viajando a la deriva en busca de un planeta que colonizar, con el consecuente riesgo, o deben quedarse en Thalassa y posiblemente destruir esta utopía con el pensamiento terrícola? Recomiendo su lectura.
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