En el texto Tomas Moro describe la Utopía como un lugar que no existe y que es imposible crear, se trata de una isla de “cincuenta y cuatro grandes y magníficas ciudades en la que todos tienen la misma lengua, idénticas costumbres, instituciones y leyes.”

De esta manera comenzaremos a hablar de ciudades utópicas, que no existen, que son lejanas. En este caso hablamos de una isla, en la cual el hombre necesita organizarse con sus semejantes de manera ordenada para conseguir evolucionar. En el momento en el que esta organización se pone en marcha cada persona tendrá unas inquietudas, filosofías y pensamientos diferentes a raíz de los cuales se comenzarán a tomar decisiones.

Crearemos por lo tanto algo idílico, donde podremos desear a nuestro antojo, pensando que el trabajo puede ser tanto libre como anulador de personas, que la sociedad conviva, que la gente se relaciones con libertad, o hacer todo lo contrario, reprimir y controlar. Por eso mediante nuestras ideas a la hora de proyectar reflejaremos y daremos forma a un pensamiento.

Desde mi punto de vista la utopía no va a tener límites y si los tiene será porque nosotros lo decidamos. Será complicado alcanzar estas ciudades “imposibles” porque eso nos supondrá una renuncia a muchas de las cosas actuales, que sin suprimirlas jamás podremos alcanzar esa ciudad idílica.