La foto es de los aparcamientos de la Alhambra, un proyecto que integra perfectamente esta necesidad de estacionar los vehiculos de los visitantes de la Alhambra en el lugar, sin romper la estética de este espacio y utilizando el agua y la vegetación para naturalizar este uso.
Las acequias dividen los espacios de aparcamiento a la vez que cumplen su función como vehiculos del agua que riega la tierra, sirviendo a su vez de puertas y zona de paseo y disfrute, donde el visitante inicia un adentramiento en la atmósfera de la Alhambra y sobretodo del Generalife, en el que al igual que en estos aparcamientos, las acequias, el agua, el sonido, la vegetación y los colores son protagonistas y materiales principales del espacio.
Se trata de un paseo de los sentidos, donde se estimulan tanto la vista, como el olfado, el oído y el tacto, integrando una función tan artificial como es el aparcar los vehículos, tan alejados de la naturaleza, en plena atmósfera natural tan característica de la Alhambra. Un espacio de tránsito entre el mundo moderno y un mundo de los sentidos, de otra época, aunque a su vez de una belleza atemporal.