En este texto, Rem Koolhaas hace un balance muy oscura sobre la cuestión del urbanismo. 

La comprobación es la siguiente : hoy una gran mayoría de la  población mundial ( y que crece cada días más) esta viviendo/vive en la ciudad. El territorio, después de décadas de transiciones progresivas, hoy está sufriendo una urbanización masiva y agresiva pero más específicamente incontrolada. Lamenta el desaparecido del urbanismo como motor. Hubo una tentativas de gestión de la cantidad como la del Movimiento Moderno par luchar contra el miedo de densidad, para mejorar la calidad de vida de cada uno.   

La ciudad ya no existe. La urbanización, la multiplicación de edificios aislados y egocéntricos destruyeron el urbanismo, la condición urbana nos dice a Rem Koolhaas. Al fin, todo lo que hace la ciudad sin ser arquitectura. Sin embargo las errores y las faltas del urbanismo no son menos numerosas de allí. En efecto, hay que luchar principalmente contra las ideas fijas, contra el hecho de concebir objetos, imágenes y no procesos. Es primordial asociar de nuevo con urbanismo su carácter evolutivo y flexible. Es un proceso de construcción tan metódica como intuitivo. 

La tabula rasa no es y no puede ser una solución como se pudo creerlo en un momento. La ciudad, como lo dice al autor, está siempre vigorosa. Hay que tomar decisiones, hay que aprender a manipular los errores, a jugar con ellas. 

Hoy, el urbanismo no existe. No hay más urbanismo en la ciudad, solo arquitectura. Un conjunto de elementos aislados y disparatados, que no fabrican nada, ninguna tensión. No podemos más penser en el urbanismo como una ciencia geométrica aplicada y fiable sino como un « espacio tiempo », un espacio de lo possible. Hay que favorecer la flexibilidad, pensar en materia y no en forma. 

El urbanismo es un espacio plural. El urbanismo para existir debe hacerse como lo dice Koolhaas una manera de pensar, una visión y no un plan.