Dentro de un camino nos vamos desviando a los diferentes lugares que en él se encuentran, siendo una forma de conocer el territorio la de colocar hitos y referencias.

Un ejemplo muy significativo está en Roma donde colocaron hitos que iban guiando el camino hacia los lugares de culto. Son elementos que orientan dentro de la confusión de la ciudad viva.

Actualmente se ha tratado de simplificar la ciudad con el fin de eliminar los conflictos pero en ese proceso de simplificación se ha perdido una gran riqueza de diversidad.

A pesar de que la forma más común de organizar las ciudades es el triángulo, cuadrado y hexágono, las formas lineales implican proyectos de gran interés haciendo planes para el territorio de un trazado, donde tienen especial relevancia sus márgenes.

Para trazar es necesario considerar una gran cantidad de elementos gráficos como secciones, axialidad, o los lugares que enlaza. Es un complejo proceso en el que premia la multiescalaridad donde se cuidan los detalles sin perder de vista el conjunto con una mirada que circula entre el horizonte espacial y temporal.