Los caminos siempre se han hecho para relacionar distintos puntos de la ciudad, normalmente para que estos sean lo más directos posibles. Siendo a la vez este camino el que genere otros y así generando una historia. 

Acumulando estas huellas se consigue de alguna manera que se produzca un tipo de actividad. Incluso formando puntos de fricción en la ciudad que genere encuentros y relaciones entre las personas que la habitan. Quizás lo más importante para la cuidad es eso, la gente y la forma de habitarla.

Para formar la ciudad no se hace de golpe, con una gran manzana que sea toda la ciudad de Granada, primero se forma desde un germen o centro y se va desarrollando hacía las periferias, este germen suele ser el que en primera instancia es el más confortable para la gente que la quiere habitar, aunque no por ello las periferías son peores. 

Dar una medida al lugar es de nuevo volver al punto de las relaciones humanas, dependiendo de que queramos que se produzca esta serán de una forma u otra. Lo que va de la mano de la geometría con la que se debe trazar. Normalmente las zonas nuevas de lasciudades se forman entorno a unos ejes muy marcados, espaciosos y decorados de manera ritmica con unos arboles muy bien recortados, con un objetivo fomentar la comunicación de unos lugares a otros de la ciudad.

También  hay que hablar de la gometría de las manzanas, estas tienen unos margenes muy marcados entre unas medianeras complicadas y no hay que olvidarlas nunca a la hora de proyectar.

Al final acabamos estudiando nuestros alrededores y así tejiendo con diferentes hilos una bufanda multicolor con todo aquello que es necesario que albergue ese lugar, dando así con la tecla perfecta.