Proyecto: Urban Games 2016
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
Es inevitable hablar de urbanismo cuando se habla de arquitectura y viceversa. O al menos, así debería de ser, puesto que son ambas en su coordinación lo que dan lugar a las buenas ciudades. Hoy día los arquitectos estamos cometiendo el error del egocentrismo, creamos arquitecturas subjetivas que buscan el reconocimiento del arquitecto y dejamos de lado la importancia de la inclusión de esta dentro de su entorno. Si unicamente creamos arquitecturas que busquen destacar, perderemos la belleza de lo colectivo.
Me llama la atención como Solá de Morales reivindica que lo importante de una ciudad es que emocione, y que para ello es necesario que haya una gran diversidad. Si me preguntaran si Granada es una ciudad emocionante, contestaría que segun mi punto de vista lo es, y diría que el motivo es precisamente esto, la diversidad. Los distintos estratos de la ciudad que te permiten situarte en el siglo XI, en el XVII o en pleno siglo XXI dependiendo del barrio en el que te encuentres. La virtud de poder pasar del bullicio de las calles de gran vía a una estrechita calle típica musulmana, tan solo cruzando una calle, o el hecho de en un instante pasar de estar en el centro a estar en el típico barrio de casitas bajas, o en el albahicín, o en un mirador, o en cualquier placita escondida lejos de cualquier ruido, o de pronto has llegado a un bosque en mitad de la ciudad, o si andas un poco más estás en mitad en de la naturaleza al lado de un río, o de pronto has llegado a una zona de pubs y fiesta, o te ha encontrado con una zona modernísima de grandes edificios... dependiendo del camino que tomes encuentras un sin fin de nuevos lugares que nada tienen que ver unos con otros, y en un momento te has trasladado de una época a otra, o has salido de la ciudad sin darte cuenta gracias a una contiua armonía de las arquiecturas que acompañan al paso del tiempo.
Supongo que Granada tendrá muchos fallos urbanísticos, muchas cosas que aún están por cambiar, pero creo que no se puede negar que tiene un cierto encanto que encandila a todo el que la visita, y el hecho de saber respetar esto también es un buen acto de urbanismo.
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