Hay que saber en que grado y medida hay que planificar los sitios, aunque inconscientemente se planifican con pequeñas decisiones a lo largo del tiempo. Pero una cosa es planificar fragmentariamente adaptándose al medio que sería aceptar 'lo nuevo que está por llegar'; y otra cosa intentar controlar todo con pensamiento funcional pues así realmente desvinculas los factores que pretendías unificar.

Uno de los factores a tener en cuenta es el emplazamiento. No aceptar que hay una interrelación entre el ambiente y el organismo lleva a la implantación de algo que deja de ser arquitectura, muere el espíritu del conjunto hombre-hábitat; simbiosis que da beneficios recíprocamente si 'planificas' en su justa medida, siendo invasivo hasta un límite el cual debes aprender con el tiempo: ''cualquier lugar es inhóspito si no sabes adaptarte respetuosamente'', pero en la práctica, ¿cómo y qué criterios tenemos que establecer para la armonía?¿Dónde están esos 'límites'?

La localización de la naturaleza, de todos los elementos del conjunto (estructuras, tierra, seres vivientes...) crea un camino posible a lo largo del tiempo que será víctima de manejos, cambios y planteamientos los cuales permitirán su supervivencia unificadora.