La reflexión sobre el significado de espacio público que hizo Manuel de Solà- Morales en 2010 empieza destacando el gran problema que se encontraba con el olvido de la urbanidad en el término.

El arquitecto quiere hacer ver que los espacios públicos también pueden perder sentido como materia debido a la arbitrariedad de proyectos y copias entre sí, la frecuencia en el tiempo y espacio, modas pasajeras, o la politización y derroche económico. Estos espacios deben estar desvirtuados de todo ello, evitando en todo momento las composiciones cerradas y auto referentes.

Para que un proyecto expresa urbanidad necesita heterogeneidad, centralidad activa y tolerancia a todas las manifestaciones laterales que se produzcan en relación a su entorno, sin perder de este modo su carácter sagrado.

Reivindica la falta de búsqueda de la calidad y formas de los espacios públicos comunes integrados en una estructura urbana fundamental previamente a la localización de las funciones particulares de los mismos. La importancia de la experiencia personal, el recorrido y el confort, transmitir en definitiva el carácter del espacio público con las sensaciones que los materiales proporcionan.