Proyecto: Urban Games 2016
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
Desde pequeño he ido al pueblo de mis padre en la Alpujarra, los fines de semana y en vacaciones, y allí, la concepción de la calle es completamente diferente a la que se tiene en la ciudad, la calle se entiende como lugar de encuentro entre vecinos, para que jueguen los niños, para que pasen los ganaderos con sus animales, también vehículos e incluso la furgoneta del pan, el pescado o los congelados. La calle en un pueblo es un espacio publico en su totalidad, es una calle compartida que no le extraña a nadie que sea así, cada persona que pasa por ella es consciente de las demás, ya vaya a pie, en bicicleta o tractor.
Lo que más me gusta es que esas situaciones se dan de manera natural, cualquier persona que vaya a un pueblo de estas características en cuestión de unas pocas horas estará haciendo uso de su puerta como jamás lo haría en las ciudades actuales. Es casi magia.
Los niños pequeños (3, 4 años) se van solos y vuelven a casa solo cuando necesitan reponer energías.
Es fundamental recuperar este espíritu en las ciudades, generar espacios que desde el respeto convivamos de manera natural, como sucede en los pueblos. No es difícil, si un pequeño pueblo lo puede conseguir, ¿cuál es el límite en una gran ciudad?
Es interesante porque se pretende llevar a la ciudad lo que pasa, por lo menos desde que yo tengo uso de razón, en los pequeños pueblos.
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