Desde hace décadas, ha podido observarse acompañada de la industrialización, la migración de gente a las ciudades buscando una mejor calidad de vida. Pero en la mayoría de las ocasiones las ciudades no están preparadas para ofrecérnosla, ya que nos dejamos llevar por una masiva construcción de arquitecturas sin sentido que dan una rápida y beneficiosa (para las inmobiliarias y el gobierno) respuesta a estos crecimientos de población en las ciudades.
A día de hoy, aún podemos ver ciudades en las que el brutal incremento de personas causa esta masificación constructiva sin excesivo planteamiento urbanístico, pensando en una ciudad en la que debe darse importancia al rápido transporte privado, lo cual entorpece la actividad social de una ciudad, haciendo de sus aceras colindantes sitios incómodos que se limitan solo al tránsito de personas, perdiendo así el carácter de espacio público.
Cuando un nudo, plaza o avenida (etc) para densificar con mas construcción, la ciudad pierde un poco de carisma social en el que debe basarse.
En el caso de las ciudades en la que alguna catástrofe ha causado grandes destrozos, el gran silencio que puede provocar en la población hace que se piense de forma más detallada qué construir en su lugar.
Imagen: La proporción del hombre de Vitruvio. http://historiaybiografias.com/divina_proporcion/