07. La ciudad no es un árbol

Creada el 14 de Noviembre de 2016 a las 22:45 por noemipozo

Proyecto: Urban Games 2016
Tema: Diálogos
Coordinadores: abarca dacama

Valoración general

0/5 (0 votaciones)

Valoración de coordinadores

0/5 (0 votaciones)

Descripción

TEXTO

EntradaBlog

Entrada de Blog

El autor hace una crítica a las ciudades actuales, a las que tacha de artificiales (planificadas) y que se están viendo superpobladas de cajas de vidrio y hormigón armado. Elogia las ciudades antiguas, donde la trama surgía de forma espontánea.

En la actualidad diferentes corrientes se afanan en intentar captar esa esencia, para trasladarla a las ciudades modernas. Pero no son capaces de llevar la mente un paso más allá y se quedan en las apariencias físicas y plásticas en lugar de buscar la naturaleza intrínseca a estas viejas ciudades. Una ciudad natural tiende a la organización en semirretículo, mientras que la artificial tiende al árbol.

Entendemos  semirretículo como un conjunto de elementos que entre ellos forman sistemas y se complementan infinitamente. En las ciudades existen diferentes subconjuntos  que crean unidades. El problema de las actuales ciudades es la falta de complejidad, que hace que los elementos se relacionen finitamente.

Para dejar claro el concepto árbol crea un paralelismo entre los campamentos militares romanos y las ciudades actuales. Otro fallo de este sistema es los cabos sueltos que deja, en todas las ciudades quedan lugares que no pertenecen a ningún conjunto, y son zonas residuales que no obedecen a la estructura árbol.

¿Por qué los diseñadores tienden a organizar en árbol? ¿es algo deliberado? ¿Caen atrapados por un método mental? Esta última cuestión parece ser la más coherente. Los humanos no somos capaces de llegar al semirretículo en un solo proceso mental, porque nuestro cerebro no acepta la ambigüedad. Y así caemos una y otra vez en el error del árbol, cambiando la riqueza y la humanidad por una simplicidad conceptual.  La mejor opción sería dejar a la ciudad crecer por sí misma, según surjan las distintas necesidades y así no perder la espontaneidad del receptáculo de vida que es la ciudad. Porque efectivamente está viva, y hasta lo planeado por el hombre sufrirá cambios por las nuevas necesidades humanas.

Comentarios

Aún no hay comentarios para esta entrada. ¡Sé el primero!


Accede o regístrate para comentar y puntuar la entrada.