El texto hace una dura crítica a la concepción actual de proyectar las ciudades y hace una clara diferenciación entre las ciudades de proyección actual (artificial) y las antigüas (naturales) cada una con un crecimiento y planteamiento completamente diferente.

Las ciudades naturales se han ido creado con el tiempo, sin un plan concreto, atendiendo continuamente a los cambios de necesidades y paliando de la mejor manera los problemas y conflictos que con el tiempo iban surgiendo, Así una ciudad se superponía a otra, superponiendose así mismo formas, usos y funcionalidad. En ésto consiste basicamente una semiretícula, una ciudad concebida como un conjunto de pequeños elementos o unidades que se relaccionan de una forma u otra entre gran parte de ellas creando una gran riqueza en la forma de habitar.

La diferencia con las ciudades artificiales radica en que la forma de éstas no es como en las naturales, su concepción es mucho mas sencilla y simple, el árbol, un concepto en el que nada se superpone, todo se organiza según su utilidad o uso, aislándose completamente de lo ajeno a ello y cortando tajantemente las complejas relacciones que se pueden dar en la ciudad natural.

Quizás, desde mi punto de vista, el fallo de las ciudades actuales no se base en la simplificación obtenida a partir de no ser capaces de concebir la complejidad de una semirretícula de manera espontánea y ser incapaces de visualizarlas, creo que el intentar reproducir de forma artificial un crecimiento natural es algo muy complejo y casi paradójico y no se si quiera si sería completamente realizable.

Por tanto, volvemos a uno de los temas iniciales de la asignatura, si el crecimiento natural, orgánico y espontáneo lleva a la semirretícula de una forma casi automática e inconsciente,¿hasta qué punto hemos de planificar las cosas para conseguir esto y que no degrade de forma involuntaria y casi intuitiva en la simple y erronea idea de ciudad entendida y proyectada como árbol sin siquiera pretenderlo?