Desde hace un par de siglos, la figura del urbanista se ha ido desarrollando hasta llegar a ser tal y como la conocemos hoy día. Sin embargo, ¿acaso las ciudades han mejorado de la manera esperada? Muchas ciudades, sobre todo las norteamericanas, han crecido de manera tan densificada que han acabado olvidándose de la importancia del lugar. Se han intentado crear unas ciudades tipo donde destacan los edificios en altura, y desaparecen los espacios públicos, quedando algunos leves resquicios de espacios verdes para "ventilar" la ciudad. Vivimos en un mundo en el que se ha impuesto la cantidad sobre la calidad, es decir, día tras día se crea arquitectura no justificada, de tal manera que nos hemos limitado a levantar edificios sin tener en cuenta todo el análisis que debería conllevar tal proyecto.

Rem Koolhaas, en este texto, criticará ampliamente este tipo de urbanismo, basado en repetir soluciones inútiles que no son capaces de dar respuesta a las necesidades de sus habitantes. El urbanismo no debe estar basado en la imposición de un supuesto orden en la ciudad, sino en la creación de distintos espacios que inviten a descubrir los distintos aspectos y sensaciones que puede dar un mismo lugar. El urbanismo no es algo estático y, si realmente ha fallado, ha sido por negarnos a admitir que es algo que avanza al ritmo que lo hacen las personas. El urbanista debe entenderse como colaborador de la ciudad, de manera que mejore lo existente, a la vez que solucione de manera eficaz las necesidades de cada lugar, en cada momento.