Antiguamente era más fácil organizar la ciudad pues no había tantos factores como actualmente, la contaminación, el aumento masivo de población, hay que resolver problemas cada vez más difíciles y las soluciones a veces  dan como resultado una ciudad muy monótona y aburrida, debido a que los edificios se piensan individualmente buscando la funcionalidad, sin tener en cuenta el entorno.

La arquitectura no son solo ideas y teorías sino que también se construye, es social, para las personas. Actualmente se construye arquitectura autista, que se convierte en objeto pero no se integra en la ciudad, no trasciende al mero concepto de forma.

La homogeneidad, la dureza del material solo provoca incomodidad. Un buen urbanismo hace que las personas se sientan parte de él, la cercanía de los lugares hace que propicie la vida social, la interacción con gente distinta te educa, te da conocimientos, por eso las relaciones vecinales son importantes. El lugar no es solo una cuestión física sino que es un vínculo que existe entre las personas.

Muchos proyectos urbanísticos están pensados en la inmediatez, no pensado en el futuro, en cómo se va a usar, y es un error puesto que los proyectos que se hacen van a tener una repercusión importante en el futuro.

Las ciudades hoy en día tienen algo diferente a las de la antigüedad, y es que son más diversas, hay más heterogeneidad, más vida, hay cierto encanto en ese caos.

Me llama la atención lo que dice De Solá Morales, que cada año debería derribarse el peor edificio de Madrid o Barcelona, me parece acertado, hasta cierto punto, puesto que si no hubiera edificios que no nos parecen buenos no podríamos valorar la buena arquitectura, y aprender de los errores.