¿Qué ha sido del urbanismo? - Koolhaas
La arquitectura no hace daño al urbanismo, forma parte de él. Es su planteamiento el que lo daña.
Los edificios deben concebirse como parte de la ciudad, no como una revolución que cambiará o mejorará formas de actuar, que puede hacerlo, pero no como propósito en sí.
Es verdad que todo esto se deba al desarrollo del ordenador y a los programas que nos facilitan la tarea. Sin embargo, esto ha provocado que haya una cierta tendencia a la geometría, a establecer calles perpendiculares y manzanas cuadradas.
Es necesario proyectos que actúen sin miedo ya que parece que las ciudades no pueden ir a peor. Hay que olvidar la idea de planes o modificaciones totales y radicales, sino que se puede trabajar de forma parcial.
Moldeemos las ciudades con nuestras manos, si las ciudades clásicas funcionaban mejor sin ordenadores, utilicémoslo como forma de plasmar el resultado final, no como método de pensamiento.
El arte de planificar el sitio - Lynch
La planificación es necesaria, tanto a la hora de solventar problemas que puedan causarse como para tener clara la calidad del trabajo.
Debemos conocer las características de las personas que viven en un lugar, y las del lugar en sí. Dentro de una misma ciudad, no es lo mismo relacionarse en un lugar o en otro. No es lo mismo vivir en Gran Vía en Granada cuyos supermercados son escasos pero el flujo de gente es continuo, que en la Carretera de Málaga de esta misma ciudad, donde hay mayor facilidad para comprar alimentos que de encontrarte con gente a altas horas de la noche.
Esto es sólo un ejemplo de lo que el propio lugar condiciona las características de las personas y, de la misma forma, a la arquitectura, ya que ésta se hace para las personas que habiten o se relacione con ella.
Además, la ciudad evoluciona y esto hay que tenerlo en cuenta. Nuestro esfuerzo debe continuar siendo viable una vez la ciudad evolucione.
La mente abierta a los cambios es nuestro mejor recurso. Hagámoslo.