Hoy en día muchas ciudades se están convirtiendo en ciudades artificiales con todas las transformaciones que ciertos diseñadores han planeado para ellas, pero últimamente nos hemos dado cuenta de que tenemos que modificar esta forma de diseño y por ello se está recurriendo cada vez más al estudio de la estructura de las ciudades espontáneas en el tiempo: ciudades naturales.

Esto se debe a que notamos que falta algo lo cual buscamos en las ciudades de otros tiempos: la esencia.

Por ello debemos fijarnos en estas ciudades, en sus soluciones y reinterpretarlas, es decir, saber utilizar nuestras nuevas herramientas a nuestro favor.

Una ciudad tiene que ser un sistema formado por subconjuntos que son como las unidades que forman un todo ordenadas en semirretículo (esquema que interrelaciona sus diferentes partes) ya que es este esquema el que propicia la vida de la ciudad y  que la búsqueda de esa esencia se haga notar, tal y como dice el texto:  “La ciudad no debe ser un impedimento sino un medio que favorezca.”

En resumen, la estructura social contemporánea está llena de superposiciones (no árbol), por lo que no es viable un esquema en árbol, pues seguiríamos en una ciudad objeto y esta tiene que ser capaz de fomentar las relaciones, no impedirlas.