Nos encontramos ante un problema principal: la turistificación. Las ciudades se adaptan cada vez más al turismo, que es lo que mueve la economía. Esto conlleva cierre de pequeños comercios y tiendas, siendo sustituidos por restaurantes, grandes cadenas y tiendas de souvenirs, lo que podría suponer una despoblación de la zona y por tanto la perdida del encanto turistico de las tradiciones de algunos pequeños pueblos.

En mi opinión, este fenómeno de ciudad fantasma solo podría evitarse pasando el turismo a un papel secundaro y consideras esas zonas como lo que son, zonas vivideras, y adaptarlas a la vida cotidiana, no unicamente al turismo.