Se trata de una completa crítica por parte del autor hacia la manera de construir en la actualidad. El urbanista ya no es capaz de realizar su labor, habría que darle un nuevo giro al urbanismo viendo el fracaso que ha sufrido en los últimos años.

La ciudad solo persigue construir arquitectura y más arquitectura, sin orden, haciendo que la ciudad crezca a un ritmo descontrolado, haciendo construcciones en cantidad pero sin calidad.
Estoy de acuerdo con el autor. Las ciudades crecen, pero ello no implica que se construya de una manera insensata y sin encanto. El urbanista ha de evitar esta arquitectura desordenada y buscar una nueva forma de organización que regule esa distribución. Arquitectura y urbanismo han de ir de la mano, por lo que arquitecto y urbanista han de trabajar juntos para hacer espacios y construcciones organizadas, por lo que deberá luchar contra esa arquitectura egocéntrica para recuperar aquello que ya no existe, la ciudad.

El objetivo es hacer ver al lector que la arquitectura no es solo construir por construir a fin de crear solo grandes urbes, si no, construir con sentido y con una finalidad.