"Cada año deberíamos derribar el peor edificio de Madrid o Barcelona"

O de cualquier ciudad del mundo, como bien comentamos en la clase del pasado jueves en clase con el profesor Francisco Javier Abarca-Álvarez, el premio Pritzker de arquitectura debería de tener un antónimo que denominara al peor edificio de cada ciudad, derribándolo y dando la oportunidad a otro proyecto a que realzara de otra manera el lugar y la sociedad que tuvo que lidiar con esa horrenda obra. No obstante el profesor nos hizo refelexionar lanzando una pregunta a la clase, la
cual nos dejó a algunos bastante atónitos: ¿qué edificio derribarías de la ciudad de Granada?
Había algunos que eran totalmente claros, los cuales no cabía lugar a dudas que habría que derribar por su carácter non grato hacia la ciudad y sociedad granadina, sin embargo, otros causaron un total asombro en nosotros, pues no entendíamos el por qué aquellos edificios estaban mal construidos y relacionados con la ciudad.

El ejemplo más claro fue el del edificio Caja Granada de Campo Baeza. Este edificio se sitúa al lado de la circunvalación de Granada. Empezamos describiendo su carácter, el cual pienso que como edificio responde a unas ideas de proyecto que son buenas y están bastante bien asentadas, pero no es su carácter como edificio el cual tenemos que discutir, si no su carácter de respuesta hacia la ciudad de Granada y a su entorno.

Es un edificio que hoy día es un poco un concepto anticuado y pasado, pues un banco es como una gran caja fuerte que representa a una gran institución de la cual hoy día tenemos una idea diferente.

Cuando el profesor nos explicó por qué no es un buen proyecto para con su entorno, creo haber entendido que el edificio de Fundación Caja Granada, como bien podemos leer en su nombre, tiene intención de mostrar exposiciones o conferencias, a las cuales he tenido la oportunidad de asistir, pero realmente no quiere mostrar nada, encerrándose así mismo dentro de sus grandes tapias, dando ninguna oportunidad de relación urbana a la ciudad que se desarrolla en sus exteriores.

Entiendo que un buen edificio debe brindar a la ciudad oportunidades varias para su relación e interacción con la misma, y saco en conclusión que en concreto ninguna obra y en general todas aquellas que interpongan barreras artificiales a las personas que viven en esa ciudad, no están dando esas oportunidades magníficas de crear espacios de relación con la ciudad. Se deben de promover así las relaciones sociales y que el propio edificio cumpla con la funcionalidad e idea de proyecto para la cual fue creado e ideado.