Este texto analiza de cerca la situación de Oporto, pero este es un ejemplo de muchos en el que el exesivo turismo termina por degradar la identidad de una ciudad.

Se hablan de 3 etapas históricas en la ciudad portuaria: Comercial/Religiosa, Industrial-Burguesa y actualmente Cultural-Turística. El turismo ha supuesto una nueva etapa en la ciudad porque ha sido el motivo de renacer económico y regeneración de la ciudad. A priori esto no parece acarrear ninguna consecuencia negativa.

Hoy vamos a la ciudad de Oporto y si nos salimos de los circulos turísticos y convencionales, nos encontramos una pérdida de identidad. La ciudad se convierte en un escenario, sin vínculos reales entre la población, los turístas se han adueñado de la ciudad.

A grandes rasgos, la nueva situación económica (aumentos de precios, multiplicación de proyectos hoteleros, sustituir pequeños negocios locales por grandes franquicias...) tiene la irrmediable repercusión sobre la sociedad. La gente que no vive del negocio del turismo se ve marginada y a partada de sus raices y las zonas no frecuentadas por este negocio entran en depresión. 

Personalmente, pienso que viajar y conocer una ciudad no se trata de visitar sus hitos histórcos en un tiempo contrarreloj para posteriormente hacer lo mismo con otra ciudad. Conocer una ciudad implica conocer su gente, sus relaciones, su forma de vida, sus problemas.. todo ello se conoce viviendo en la ciudad e impregnándose de su riqueza. Lamentablemente esa riqueza se ve mermada por el telón que conforma el negocio del turismo de masas.