En el artículo, el autor J.L. Gómez Ordóñez comenta que trazar caminos, es crear y relacionar lugares. Yo creo que la realización de caminos posibilita la relación entre distintos lugares y entre distintas personas, pero que a veces somos nosotros mismos los que nos creamos ciertas barreras que nos impiden el contacto directo con otras personas como por ejemplo cuando vamos por la ciudad en coche, pendientes del móvil...

Considero que hay que dejar claro que una traza será distinta dependiendo de los lugares que enlace, porque es en esta diversidad de trazas donde se producen distintos itinerarios, que generan distintas relaciones y por tanto distintas sensaciones y modos de vivir el espacio público. Creo que solemos caer en muchos casos en el error de confundir traza con una geometría cuadrada o de retícula, sin embargo estas trazas intercambian distintas geometrías como los triángulos, hexágonos...

Cuando en el artículo, habla de la división del terreno en parcelas producto de la creación de estas trazas, me recuerda a como se organizan las expansiones de barrios de chabolas en muchas de las grandes ciudades latinoamericanas, que consiguen con la creación de estas trazas un parcelario que se irá ocupando poco a poco por estas distintas chabolas. La resultante de estos barrios, donde por medio del uso de la escala se pueden distinguir las vías principales... es la confluencia de lo diverso. Considero que es en esta confluencia de lo diverso donde reside la vida de estos lugares, ya que la segregación elimina los conflictos y por tanto hace menos interesantes ciertas trazas o caminos.