Lynch comienza haciendo una crítica histórica, recordándonos que anteriormente el lugar era más natural y convivía más el medio con nuestra intervención. Dado que nosotros planificamos para habitar, no debemos imponernos, sino convivir tanto con el clima como con la geografía o el pasado del lugar. Además de satisfacer antiguas demandas, problemas actuales y posibles futuros, conviviendo con el lugar; debemos también adaptarnos tanto a la economía como a las propias funciones urbanísticas. Siempre siendo hijos de nuestro tiempo, con consciencia del pasado y ojos en el futuro. Y atendiendo a la escala.

Como opinión personal, creo que este texto no quedará totalmente desfasado nunca dado que es muy conceptual. Puntualizando, pienso que una acción urbanística debe ser siempre valiente, quiero decir, no se trata de arrasar ni de apreciar cualquier mínimo detalle ya existente. Sino de tener una idea clara de lo que el lugar requiere y proporcionárselo teniendo en cuenta el gran número de variables con las que jugamos en este campo.