En el video se hace hincapié en el poder de influencia de la ciudad sobre el estilo de vida de los habitantes. Un ligero cambio en la forma de la ciudad determina que las personas hagan un recorrido u otro, que salgan o no de sus casas, que se relacionen más o menos.

Cada día más, se abandona el estilo de vida tradicional para emigrar a las ciudades, así que es muy necesario repensar la forma en que venimos construyéndolas. Años atrás, se convirtió al coche en el principal protagonista de la ciudad y se dejó a un lado a las personas, gran error. La solución es crear un nuevo ambiente en la ciudad y hacer que los habitantes sientan que pertenecen a ella, que puedan utilizarla, que esté a su servicio, que sea su gran parque de juego en el que relacionarse con el espacio mismo y con la gente, conocidos, desconocidos. El estado natural del ser humano es estar con otras personas, así que parece inconcebible diseñar una ciudad divida en parcelarios sin relación alguna y que sus habitantes se sientan recluidos y aislados. No hay que temer a crear espacio público de más. Queremos una ciudad viva, y cuanto más espacio se deja a la gente, más vida hay. Debemos dejar de pensar en la imagen utópica de megaciudad y comenzar a pensar en ciudades cálidas, íntimas, sociales, para las personas.