En el artículo se aborda el tema de los ejes en el contexto de la ciudad. No sólo aporta una visión general de éstos en su uso geométrico, sino que también nos conduce en un recorrido histórico que aprecia la aplicación de los ejes en la ciudad y abre un debate sobre su intervención como elementos abstractos.

Creo que, a pesar de la densidad del texto, resulta esclarecedor: enseña a pensar en el concepto de eje como algo más, un colaborador en la creación de la ciudad, alejándonos de estancarnos en lo puramente geométrico. Aunque partir de esa geometría es lo que cualifica al eje, éste es configurable, no se reduce a las líneas rectas (aunque es una posibilidad) sino que se adapta a las necesidades de la ciudad según veamos conveniente. Da forma a la estructura urbana, le otorga identidad y define las perspectivas que explican la ciudad. Los ejes nos conducen a través de los lugares, los relacionan y son la generatriz del tejido urbano. Tal es su versatilidad sobre el territorio que, en función de su aplicación, también podemos hablar de su trascendencia a lo social, que se representa como el dominio del hombre sobre el territorio. En definitiva, esta reflexión nos sirve para comenzar a ver los ejes no sólo como una imposición geométrica, de carácter ordenador, sobre el territorio sino también como una posibilidad trenzadora de lugares y creadora de nuevos espacios, un instrumento más para hacer urbanismo.