The Human Scale plantea un punto de vista muy interesante del urbanismo que surge a partir del Movimiento Moderno, poniendo en el centro del desarrollo de la ciudad al ciudadano. Para esto, se estudia el comportamiento humano en las ciudades, dandole así prioridad a la persona que al edificio, ya que parece que la ciudad se ha olvidado de trabajar la escala humana, con cómo se mueve la gente, o cómo interactua con su entorno.

Ofrece tambien ejemplos en los que lugares aparentemente sin alma como las partes traseras de los edificios en Melbourne pueden convertirse, con acciones bien estudiadas, en lugares de transito continuo y de un valor urbanistico excelente. Otro ejmplo que me llama la atencion, es como consiguieron tanto en la ciudad de Copenhague o de New York, reducir drasticamente la circulacion del automovil, dandole la importancia que se merece al peaton. 

Pensar una ciudad es pensar en el humano.