Proyecto: Urban Games 2017
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
En este vídeo se plantea una idea muy innovadora en cuanto al concepto de ''calle'' que conocemos.
Una calle, como tal, es según la RAE una ''vía pública, habitualmente asfaltada o empedrada, entre edificios o solares''. Más concretamente podemos entenderla como una vía de tránsito, del tipo que sea: tránsito peatonal, rodado, para bicicletas...
Lo que Eduardo Barrera y su equipo proponen, ''Calles Compartidas'', es una transformación del concepto de calle hacia algo que pueda permitir tanto estancia como tránsito de toda clase, incluyendo el mobiliario urbano adecuado y suprimiendo casi todas las señales e indicaciones circulatorias para así embellecerla.
Puede parecer una idea simple, que a todos nos ha podido rozar la cabeza alguna vez, lo cierto es que quizá pocas personas la han desarrollado con la profundiad de este equipo. Esta idea se basa en la propia responsabilidad del sujeto: cuantas más restricciones se tengan en la vía pública, menos responsabilidades se tienen, lo cual es a menudo motivo de accidentes. Por tanto, teorizan que la ausencia de restricciones hacen que cada individuo detecte y asuma todas sus responsabilidades a la hora de utilizar estas nuevas calles.
Este sistema me ha llamado mucho la atención y me ha recordado a algunas ciudades suizas, en las que no existen carteles de ''prohibido'', sólo existe la responsabilidad propia de hacer o no lo correcto, obviamente con sus consecuencias.
Pienso que, como todo, podría funcionar dependiendo de la sociedad, a niveles generales, en cuestión. No hay que irse precisamente lejos para poder visionar estas calles siendo objeto de competiciones callejeras, accidentes constantes (culpados, por supuesto, a la falta de señalización), botellones a pie de vivienda, disputas entre conductores y caminantes, descuidos, intranquilidad e inseguridad general...
Por si pudiesen resultar exageradas estas palabras en cuanto a actitud se refiere, no hay más que ver cómo han acabado ya muchas de las bicicletas de uso público aportadas por la empresa Obike en Granada, a apenas semanas de la instauración de este servicio.
Pero si no se realiza el intento, sin duda, nos quedaríamos igual. Quizá el hecho de insistir hasta sembrar una costumbre haga cambiar poco a poco a esta sociedad mixta de personas y simios.
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