Barcelona, desde el punto de vista urbanístico es un claro ejemplo a seguir. Actualmente se está introduciendo otro aspecto llamado “supermanzanas”, hace referencia a la idea de adquirir espacios vacíos y reaprovecharlas introduciendo espacios públicos, actividades lúdicas, comerciales o educativas.

“Si una ciudad no está pensada para que los niños puedan vivirla, no es una ciudad inclusiva y hay que cambiar el concepto de ciudad”. Sin duda es la frase que más me ha llamado la atención, y efectivamente, si una ciudad no introduce elementos urbanísticos que estén ligados con los niños, no permite las relaciones humanas y no las permitirá más adelante.

En este proyecto se le da bastante protagonismo al ciudadano, la participación ciudadana y la implantación paulatina permiten que el resultado se ajuste a las necesidades de los vecinos. Además se consigue un mayor espacio para el peatón y no tanto para el vehículo, consiguiendo que la ciudad se descongestione y por tanto, proyecto a proyecto se crea un ciudad totalmente pensada en el ciudadano y favorezca las conexiones y la vida en la calle.