Trata el tema del espacio entre los diferentes tipos de arquitecturas, por que hacer una u otra, como se proyectan o cuando son temas esenciales en el estudio del urbanismo.

En la actualidad se ha abierto un debate amplio sobre la crítica a la arquitectura bajo una visión asilada, puntual y formal de los edificios que la conforman pero ¿qué hay de aquellos espacios intermedios? ¿De esa estructura que la soporta? Este espacio intermedio precisamente es uno muy fundamental no solo en la arquitectura sino también en el modo de vida que la ciudad es capaz de ofrecer a su habitante, los desplazamientos y cada situación espontanea que se nos presenta.

Un ejemplo el tema a tratar en ese comentario son las calles o los ejes de las ciudades.

Los ejes albergan todos esos movimientos y además nos dan una determinada visión de la ciudad, como se conectan sus usos, la relación que hay con el peatón, las cicatrices de la historia que se pueden reflejar en sus trazos

Actualmente se debate mucho sobre la forma, la belleza…de las piezas arquitectónicas en particular, por separado, y poco sobre la estructura que las soporta. ¿Qué hay entre medias de esos objetos aislados? Precisamente este espacio intermedio va a determinar cómo va a ser nuestra vida urbana, la relación no solo entre arquitecturas, sino también entre las personas que usamos dichas construcciones, cómo van a ser nuestros desplazamientos, qué situaciones espontáneas vamos a poder encontrarnos…
Un ejemplo de este espacio entre arquitecturas son las calles o ejes de las ciudades.

Los ejes , además de tener la capacidad para albergar en ellos el movimiento, poseen otras capacidades o virtudes como puede ser el darnos unas determinadas visuales de la ciudad y de lo lejano, conferir identidad al espacio urbano, ser capaces de reflejar las cicatrices que la historia o la naturaleza han dejado en el plano, aportarnos nuevas perspectivas…

A través de los ejes se cruzan lugares, se atraviesan, nos los muestran, nos dan acceso a ellos.

En las últimas épocas el trazado de los ejes suponía una idea de imposición sobre el lugar, de poco respeto a lo que allí se encontraba, ajeno a la naturalidad del sitio. Los ensanches por ejemplo imponen sus trazas en el territorio, generando un conflicto con la propia topografía del terreno en el que se asientan.
Actualmente debemos pensar, más que en una ciudad de ejes, en una ciudad de tejidos, de tramas, que se superponen unas con otras resultando un sistema en donde el ser humano se siente cómodo al habitarlo.