Seguramente la gente que conocía este libro, como era mi caso, lo había leído en otro
contexto, por las connotaciones políticas de la gran influencia que tuvo posteriormente pero,
al menos yo, no lo había mirado desde la perspectiva urbanística y me parece fascinante el
hecho de que un libro del siglo XVI, plantee escenas o ideas tan poco acorde a la época en la
que fue escrito. De todas ellas, a mí hay una parte que me ha llamado mucho la atención, que
es la siguiente:

"Cada casa tiene una puerta principal que da a la calle, y otra trasera que
da al jardín. Ambas puertas son de doble hoja, que se abren con un leve empujón y
se cierran automáticamente detrás de uno. Todos pueden entrar y salir en ellas"

Me resulta sorprendente porque, en mi opinión, lo que aquí se plantea viene a ser un tema
que hemos comentado mucho durante el curso, la división del espacio en privado, público y,
concretamente, el semipúblico o semiprivado y, que un texto tan antiguo plantee una de las
formas más interesantes de potenciar las relaciones urbanas entre los edificios y la calle, y la
posibilidad de acercar lo que sucede en el exterior a los espacios interiores y viceversa, con la
riqueza interactiva que esto supone tanto social, como de usos, etc. me ha parecido
fascinante.