La configuración utópica que planteo es una forma de distribución vertical que permita imitar de cierta forma la creación de “montañas” en las que se pueda habitar, es decir, volver al origen de la arquitectura misma, cuando el hombre habitaba en cuevas, solo que en esta ocasión hacerlo desde un punto de vista tecnológico, siempre favoreciendo tres aspectos principales; El menor impacto en el ambiente, una mejora notoria en la condición de vida de las personas y la interacción continua entre los habitantes.

Desde el punto de visto de organización urbana, se propone generar zonas de uso mixto, es decir, establecer un módulo versátil en el cual las actividades que se realicen puedan ser habitacionales, de comercio, o incluso de convivencia. Esto con la finalidad de mantener “vivo” el sistema.

El módulo propone que por cada metro cuadrado construido se brinde medio metro cuadrado para cultivo y vegetación, de tal forma que el sistema se mimetice con el contexto, imitando el crecimiento de vegetación en la naturaleza, favoreciendo la alimentación de los usuarios, un aire mas limpio, un contacto tangible con la naturaleza, y sobre todo una pertenencia contextual.

La distribución se plantea por medio de vialidades que utilice un sistema continuo de traslados entre edificios, manteniendo la relación entre los habitantes de las distintas comunidades.

La generación de espacios públicos, de módulos y un sistema efectivo de trasporte, son los factores principales, ya que considero que la interacción es la clave de un “ideal” viéndolo desde el punto de vista social, hasta la convivencia respetuosa con la naturaleza, porque realmente considero que si buscamos nuestra supervivencia como especie en un futuro, debemos retomar ese respeto por el ambiente, y que mejor manera de hacerlo que aprender de él, imitarlo y tomar todas las virtudes que nos brinda para encontrar una solución.

Ana Laura Rubio Montoya.