A lo largo del texto se plantea la visión del arquitecto-urbanista Raymond Unwin, investigando un poco, este arquitecto se centraba en la mejora de la vivienda tomando en cuenta el aspecto urbano, lo cual lo llevo a analizar aspectos que hasta ese entonces no se habían planteado. Focalizando en el texto, se nos habla de temas de ordenación de conjunto, entendiéndolas como, los modelos, forma de parcelación, perfiles y anchura de calles, densidad, costos, centros, lugares colectivos, los espacios residuales entre edificios, etc. Y al tomar en cuenta estas características podemos observar la capacidad de áreas de intervención podemos atacar para mejorar la vida de las personas. A pesar de esto el texto va mas en favor de plantearnos un dilema, se establecen dos posturas principales: la primera, el formalismo, este, esta apoyado en la legislación, en el trazado y en las tradiciones, clásico renacentistas. La segunda, el informalismo: se apoya en el lugar, la edificación, en el contraste y en la diferencia.

Con el ejercicio realizado en clase, los que manteníamos una postura de formalismo, lo tomábamos desde el punto de vista de la organización de la ciudad, del caos y la dificultad que se tendría al evitar esta forma de proyección, sin embargo, considero que nos faltó buscar la justificación de un lado legal y legislativo. Por otra parte, los que planteaban el informalismo se basaban en la tradición y el crecimiento a partir de la esencia misma de la ciudad. Ante este debate, el texto mismo nos propone una solución, en la cual la mayoría de nosotros nos sentimos cómodos y acertados, dice: “no se trata de una tercera vía, sino de una más ancha” lo que quiere decir que, no se trata de encontrar una tercera postura, sino mas bien hacer que ambas se relacionen y la funcionen a la vez permitiendo una estructura de orden y además la interacción y presencia de la esencia real de la ciudad misma.

Ana Laura Rubio Montoya