Berlín

Tras haber realizado el ejercicio correspondiente, el cuál se trataba de hacer una topografía inventada, para luego, sobre el tejido de nuestra ciudad, superponerla y observar si sería adecuada o no, realizando los cambios oportunos, podemos llegar a una serie de conclusiones.

En el primero de los casos no hubo mucha dificultad para adaptar la topografía al tejido dado, ya que las curvas de nivel se encontraban muy distantes unas de otras y la pendiente máxima era del 3%. El segundo caso era un poco más complejo para adaptar el tejido al terreno creado, ya que éste era más irregular. Sin embargo, tampoco nos creó problemas significativos al poseer una pendiente máxima del 7%.

Nos damos cuenta de que no todas las topografías son válidas para todos los tejidos, e igual ocurre al contrario.

Así pues la ciudad de Berlín posee una topografía muy regular en la mayoría de su superficie, ofreciendo un tejido que bien es cierto, no es válido para todo tipo de topografías, debido a la existencia de altos rascacielos, que como bien sabemos, no pueden ser colocados en un terreno con grandes pendientes.  Sin embargo, existen ciertas zonas en la ciudad, las cuáles si serían capaces de adaptarse a distintos terrenos, con mayores pendientes que las actuales, debido a que en ellas no existen edificaciones que impidan su combinación con un terreno con diferencias de cota más pronunciadas .