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Granada, la ciudad multicultural con infinidad de vivencias, ha salido del confinamiento, debilitada y desorientada.¿Qué ha pasado con el arte que la marcaba? ¿Dónde está el arte de las calles? Debido a la necesidad del distanciamiento social, la cultura se ha visto mermada, ya no queda espacio en las calles, pero no debemos olvidar la importancia que tiene en nuestras vidas. No solo es un concepto inspirador, engendrador de belleza y promotor de vida, si no que supone una forma distinta de relacionarse, supone la conversión de una serie de individuos en un conjunto que forman una comunidad, es decir, el arte unifica a las personas. De este modo debemos recuperar los espacios para él, aprovechando de manera más eficiente el espacio, apoyando su carácter unitario, convirtiendo una plaza en un escenario que da vida al entorno, una calle en una galería y un parque en una danza. Así pues, reinventar el arte, llevándolo a nuevas relaciones. El arte puede relacionarnos respetando la sociedad del metro y medio. Nunca olvidemos esos vecinos cantando, tocando un instrumento o simplemente escuchando desde sus balcones, que sensación de alegría, unidad y liberación daban. Llevemos esa idea a las calles. ¡Salvemos La Cultura! La elección de la imagen, consciente de la situación privilegiada de Bib Rambla, por su carácter de espacio de encuentro y lugar que ya se ha prestado para el arte callejero. Nos sirve como reclamación. Este espacio en el que, en este momento, se ven individuos sueltos, no se siente como una comunidad con un interés ni beneficio común. Nos encontramos una sociedad aislada. Con la cultura queremos devolver la vida a estas plazas y a las que vengan, que no sean un mero sitio de paso. El espacio conecta los puntos que marcan el desarrollo de la idea: la comunidad, la cultura y la interacción, pilares fundamentales para la vida de una ciudad. Creemos espacio vivos no espacio inertes.