03 CHRISTOPHER ALEXANDER. LA CIUDAD NO ES UN ÁRBOL

La lectura nos plantea la dualidad ciudad natural – ciudad artificial, estructura árbol y estructura no árbol. ¿Cuál debe seguir el trazado de una ciudad?

La ciudad natural surge de forma espontánea, orgánica, atendiendo a las necesidades de quienes las habitan, y de esta forma envejecen, adaptándose en cada momento a lo que la sociedad demanda. Este esquema es el que nosotros, los ciudadanos, sentimos como nuestras, porque en realidad así lo son, crecen según les vamos pidiendo.  

Las artificiales por el contrario crecen de forma planificada y aséptica. En muchos casos quienes trazan estas ciudades no las conocen, o al menos no lo suficiente. Como resultado de este tipo de ciudades: espacios aislados, vacuos e inconexos. Las principales funciones de la ciudad están separadas entre sí, de forma que no se pueden retroalimentar unas de otras.

En las distintas actividades que realizamos a lo largo del día usamos esquemas árbol y esquemas no árbol. En aquellas actividades que hemos de trabajar con rapidez y fluidez, tendemos a usar esquemas árbol, donde sectorizamos toda la información, de forma que esté ordenada y de fácil acceso y/o reconocimiento. Sin embargo, en muchas otras actividades tendemos a usar esquemas no árbol, donde la información convive en un mismo espacio sin orden o jerarquía. De esta forma la información puede conectarse entre sí y retroalimentarse, este es el motivo por el que el diseño de una ciudad tipo árbol no terminaría de funcionar, puesto que sería una ciudad artificial, inconexa.

Es posible que lo más acertado sea un híbrido entre ambas. Dejar que la ciudad sea tipo no árbol cuando precisamos de conexión entre las partes que la componen y tipo árbol cuando necesitamos que determinados espacios tengan una clara estructura y jerarquía por comodidad o fácil identificación.

03 UNWIN: PARA UN URBANISMO PARTICULAR (PROEMIO A LA VERSIÓN CASTELLANA)

El autor comienza poniéndonos de manifiesto la importancia de ‘’detalles’’ a menudo descuidados, como la anchura de las calles, distancia entre edificios, grandes espacios vacíos… que ya ocupaban el pensamiento de Unwin, situándose en el centro de su trabajo.

Nos advierte de la existencia de dos posturas: el formalismo, apoyado en la ley, en el trazado y en las tradiciones clásicas, y el informalismo, apoyado en el lugar, en la edificación, en el contraste. A la misma vez que nos advierte de la existencia de estas dos tendencias, nos descubre una tercera vía que reúna lo mejor de las dos. De tal forma que propone una visión urbanística crítica desde la unidad de vivienda hacia afuera, hasta la ciudad.

La ciudad y la arquitectura de vivienda, son el elemento comunicador entre el individuo y el medio, por lo que se adapta a ambos. Es por esto mismo que su estudio debe ser preciso y meditado, puesto que al tomar decisiones sobre la ciudad hay que tener en cuenta de que la ciudad es un organismo lleno de vida, y como tal está en constante evolución, por lo que esta no puede ser algo rígido.