Tras los problemas que tiene el urbanismo hoy en día con la organización de barrios en las ciudades, se vuelven a plantear cuestiones y soluciones que Unwin estuvo estudiando en su momento. Unwin no despreciaba elementos que se creían aislados de la ordenación urbanística formadles, ya que los consideraba imprescindibles, una serie de normas urbanísticas. Es por esto por lo que Unwin siempre estuvo de acuerdo en relacionar la legislación vigente de la época y el compromiso que el lugar mantiene con el propio plan urbanístico o con la arquitectura. La relación con el lugar que él defendía no quiere decir que Unwin tuviera voluntad de crear planes basados únicamente en la estética, si no que la relación con el lugar la ligaba a la solución de problemas funcionales basándose en la legislación. El objetivo de Unwin con todo esto era adentrarse en temática de barrios periféricos en las ciudades, para poder sacar conclusiones que también influyeran en los demás barrios de la ciudad. El trabajar en una baja densidad permitía a Unwin poder materializar los problemas basados en la legislación y la relación con el lugar y los detalles más fácilmente, para poder luego traspasarlos a una densidad mucho mayor.

En conclusión, Unwin no rechazaba la parte formal (legislación y normas urbanísticas), ni la parte informal ( relacionar el lugar con el proyecto), sino que consideraba una unión entre ellas para crear una mejor ordenación.