El texto nos habla sobre el arte de planificar, sobre el contraste entre la belleza de los lugares que ya conocemos y las zonas recientemente planificadas. Hoy en día se piensa en el emplazamiento como un aspecto de menor importancia, como una parcela al igual que cualquier otra sobre la cual edificar. Pienso que están pasando por alto todas esas cualidades que pueden aportar los distintos espacios y el potencial que se puede explotar en ellos. Actualmente se construye precipitadamente, dejando de lado muchos detalles que podrían abrir oportunidades a esos espacios, y se extienden los territorios urbanizados de manera monótona y convencional. Pienso que no debería ser así, y que cada lugar ofrece distintas características y oportunidades que deben ser captadas por los arquitectos y urbanistas, de tal manera que, el  hecho de edificar, se convierta en la revalorización de las cualidades de cada espacio y potencie esas oportunidades que nos ofrece. Este tema se podría asociar a lo que nos cuenta Parcerisa en uno de los fragmentos de su libro “Proyectar sobre una hoja en blanco”: <<Al haberse aplicado con rigor, en esos lugares, los criterios de zonificación, se creaba una discontinuidad por la interposición de una variada tipología de espacios libres, de ocio, etc>>.