Proyecto: Urban Games 2022
Tema: Diálogos
Coordinadores:
abarca
dacama
Tras la lectura de los textos llegamos a la conclusión de que para que una civilización avance, es necesario que se presenten utopías, ideas locas e imposibles, aparentemente.
Estas ideas resultan en cierto modo un punto de partida o referencia que puede ser muy útil a la hora de plantear un proyecto, en este caso aplicado a la ciudad, puesto que el concepto de utopía no es algo que se aplique solo en urbanismo, es algo completamente extrapolable a otros ámbitos en los que se necesite creación o innovación.
Claro ejemplo de ello son los dibujos de Leonardo Da Vinci donde explica el funcionamiento de objetos voladores que, evidentemente en su época, eran claras utopías, puesto que era algo tecnológicamente inviable en aquella época, sin embargo a la hora de comenzar a diseñar los objetos voladores (aviones, helicópteros…etc.) seguramente se tuvieron en mente las ideas previas y ´locas´ que Leonardo Da Vinci había tenido en el siglo 16.
A partir de dos métodos organizativos urbanos, la ciudad como un árbol y la ciudad como un semirreticulo, el autor del texto reflexiona sobre cómo funcionan a la hora de ser puesto en práctica, centrándose especialmente en el método del árbol.
La principal diferencia entre ambos métodos es que la ciudad como árbol viene a estar más asociada a las ciudades artificiales, es decir aquellas que surgen a partir de una planificación totalmente intencionada, llegando a veces incluso a ser un tanto rígida. Mientras que la ciudad en semirreticulo es un modelo más desorganizado pero a la vez más natural, lo que le permite gozar de mayor fluidez y conexiones entre sus distintos elementos, como es el ejemplo del semáforo y el sitio de los periódicos.
El problema que surge, es que últimamente las ciudades de nueva creación y contemporáneas, se conciben como una ciudad como árbol, como en los casos de Chandigarh y Brasilia.
Dichas ciudades aparentemente por su forma física en el territorio donde se asientan parecen ser ciudades muy bien organizadas y estructuradas.
Pero si las vivimos como tal, resultan ser finalmente lugares bastante deshumanizados, debido a que una ciudad surge como la superposición de actividades que se van relacionando entre sí a lo largo del tiempo y generando conexiones. Conexiones que, en una ciudad concebida como un árbol, quizás no surgirían, al estar todo tan estructurado y ordenado, creándose en estas una gran separación entre las distintas actividades en la ciudad.
Como conclusión final, se debería plantear un modelo híbrido entre la ciudad como árbol y la ciudad como semirreticulo si lo que se pretende es crear una ciudad de cero, o realizar una gran intervención dentro de una ya existente.
Esto debido a que aunque ambos modelos tienen sus desventajas, pueden sin embargo cohesionarse y dar lugar a un modelo donde la ciudad quedaría más ordenada con el concepto de la ciudad como árbol. A la vez se podría disfrutar de fluidez y dinamismo dentro de la misma, gracias al concepto de semirreticulo.
Las distancias en la ciudad son algo fundamental a la hora de establecer relaciones dentro de la misma. Durante el trascurso de la historia las distintas civilizaciones han tratado de establecer la unidad de medida y escala idónea para la organización de las ciudades, siendo finalmente la media milla, 800 metros, la considerada como base para el diseño de la ciudad.
Esta unidad de medida no es algo que surge de la nada, sino que comenzó con los romanos y su milla romana, evolucionando posteriormente a la milla británica. De estas unidades se fue evolucionando hasta la milla que conocemos actualmente. Más tarde, haciendo un análisis de la misma, se estableció que, la mitad de esta medida, la media milla, era la distancia idónea para el peatón, ya que se recorría en 10 minutos aproximadamente, siendo un tiempo razonable para no tener que usar el automóvil.
En base a estas medidas van surgiendo distintos modelos urbanos como el propuesto por Alexander, el promenade. Dicho modelo urbano se basa en crear distintas, como el llama, subculturas dentro de la ciudad, a una distancia aproximada de 800 metros, que contaría con equipamientos básicos de relación con la vivienda, como colegios, supermercados o paradas de transporte público. Esto es algo que podemos ver aplicado en la actualidad a través del modelo de desarrollo sostenible Transit Oriented Development, basado en la implantación de diferentes equipamientos urbanos en zonas de baja densidad, cuyo centro es habitualmente una estación de metro o de bus, para así, conseguir una movilidad efectiva a lo largo de toda la ciudad, además de una alta densidad, gracias a la implantación de equipamientos y la reducción de distancias, facilitando así también la relación entre los habitantes.
Estas ideas de la promenade y el Transit Oriented Development pueden ser realmente eficaces y positivas para el desarrollo de la ciudad si se consigue generar cierta homogeneidad entre los distintos nodos, o puntos, que se vayan generando, es decir, si un promenade tiene poca relación con los que tenga próximos, no vamos a conseguir el principal objetivo de una ciudad transitable y lineal, si no más separación entre comunidades. Por lo tanto, dichas ideas deben ser aplicadas correctamente y relacionando cada nodo de forma correcta.
Se plantean ciertas cuestiones que van directamente ligadas a la concepción que deben tener los urbanistas de cara a dar soluciones a las problemáticas que plantea el urbanismo de hoy en día. Cuestiones que pueden tener más o menos razón y ser más o menos coherentes pero que sin duda nos ofrecen una concepción distinta a la que estamos acostumbrados sobre el urbanismo y su futuro. Personalmente las cuestiones que más interés despiertan en mí son los conceptos de urbanismo participativo, flexible y multisensorial.
En primer lugar, el diseño urbano como una actividad de participación activa por parte de grandes grupos de gente interesada en resolver las problemáticas, cuantas más perspectivas se tengan sobre un mismo problema mejores soluciones se podrán dar, siempre y cuando se sea capaz de elaborar un plan de colaboración ordenado.
Posteriormente tenemos el urbanismo flexible y lo más adaptable posible a los ciudadanos y sus distintas dinámicas, pues es importante que las soluciones a gran escala sean capaces de satisfacer las necesidades del mayor número de habitantes posible. Y por último el hecho de que el nuevo urbanismo sea algo que se pueda sentir y percibir de forma intensa, experiencia multisensorial, a través de la introducción en los proyectos de algo más aparte de edificios y parques sin ningún tipo de relación, si no que se consiga generar relaciones entre los distintos elementos y nos permita en cierto modo emocionarnos con los mismos.
El texto se centra en las diez visiones para tener una nueva mirada respecto al proyecto urbanístico, las cuales son: edificio clave con sinergias urbanas, grandes artefactos urbanos, el proyecto minimalista, el espacio urbano, el enfoque revival, el proyecto paisajístico a gran escala, la rehabilitación urbana, el master plan urbano y el proyecto experimental.
Se nos habla de la importancia de crear nuevas estrategias urbanas que no estén desactualizadas ya que las que se vienen usando han quedado ya bastante obsoletas. Para ello es necesario aplicar los distintos puntos anteriormente enunciados para poder dar paso a buenos proyectos y estrategias urbanísticas.
Se habla de las principales ideas de arquitecto inglés Raymond Unwin sobre el urbanismo y como él las aplicaría en su lugar de residencia, Inglaterra, a través de distintas estrategias que se enuncian en el texto. Se reflexiona también sobre los conceptos de formalista e informalista siendo por una parte el formalismo un principio de diseño urbano más ligado a la legislación, el trazado y las tradiciones clásicas, mientras que el informalismo está más ligado a él tener en cuenta el lugar donde se trabaja, la propia edificación, el contraste y la diferencia. Se basa mucho en tomar la vivienda como eje central de sus diseños y es en torno a este elemento en torno a lo que comienza a dar forma a sus ideas.
Es también un arquitecto preocupado en conocer bien la ciudad y sus características antes de ofrecer ningún tipo de master plan. Por lo tanto, su idea principal es la de tratar de relacionar los aspectos más formales del urbanismo, y que quedan ligados a la legislación con los aspectos más relacionados con la relación que mantenemos los habitantes con la ciudad.
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