Se ha vuelto muy famosa la actual comisionada de transporte de la ciudad de Nueva York,Jannette Sadik-Khan, una defensora del espacio público y de la gestión urbana innovadora. En tiempos en que se extiende por la gran metrópoli el uso de la bicicleta o se amplía elHigh Line Park, por ejemplo, ella ha estado ensayando medidas de apertura de espacio público, como poner piscinas en avenidas de Brooklyn y, la más fuerte, cerrar nada menos que Times Square a los automóviles desde 2009.

Lo que ha estado haciendo Sadik-Khan es lo que llaman medidas pop-up: modificaciones de uso del espacio que sin grandes desembolsos de la municipalidad y sin consulta previa se ponen en práctica por un lapso específico para que tanto las autoridades como la ciudadanía vean si funcionan. El ejemplo fundador que cita una nota del diario The Globe And Mail es en esa modélica Copenhague, la ciudad estrella del regreso de la peatonalización: la municipalidad quería cerrar una calle al tránsito automotor; la población se oponía; la abrieron solo por Navidad para ver qué pasaba, y así se quedó… desde hace medio siglo.

Estas medidas pop-up están basadas en el ingenio y en la voluntad de tomar riesgos, de atreverse a cambiar, no en la lentitud burocrática o en la construcción de costosa infraestructura nueva. Consisten en darle una vuelta al uso que hemos dado siempre a un espacio sin sospechar que puede ser mucho mejor. Con la que se hizo en Times Square, aumentó en 71% la venta de los comercios de esa intersección tan frecuentada y no hubo un impacto negativo en el tránsito automotor circundante. Otro caso de metástasis positiva.

The Globe and Mail también cita un programa experimental que durante 2011 pondrá a prueba en París una serie de proyectos fuertemente innovadores y el plan de una consejera urbana en Toronto para entregar dos canales a los peatones en la muy concurrida calle Yonge, que se apoya en el carácter temporal y experimental de la filosofía pop-up para queel alcalde de los autos no la bloquee.

Como dice el arquitecto venezolano Enrique Larrañaga, queremos soluciones rápidas y sencillas, cuando las ciudades en realidad son lentas y complicadas. Lo son porque son la suma de muchas maneras individuales de ver las cosas.

El barón Haussmann tuvo luz verde para reconstruir París en el siglo XIX, y antes lo hizo también el marqués de Pombal con la Lisboa destruida por el terremoto; en una dictadura ilustrada, solo hay que ordenar y hacer cumplir. Pero en la democracia no es así. Es muy difícil ponerse de acuerdo para introducir cambios en la urbe que tanta gente diferente, con sus respectivos intereses y perspectivas, utiliza a diario. A veces hay que ponerse creativoy y no esperar el apoyo de todo el mundo, que nunca vendrá, ni los recursos ideales, que en esta época de crisis son muy escasos. El flexible y elocuente método pop-up puede ayudar mucho.

La información la he sacado de http://mejorciudad.wordpress.com/2011/07/17/pop-up-probemos-a-ver-si-funciona/